miércoles, 21 de mayo de 2008

Al Artista, Con Cariño

Farándula.- Conjunto de artistas, gente dedicada al teatro, comediantes de vida bohemia. (Pequeñas definiciones extraídas de distintos diccionarios virtuales).

El Perú no tiene nada que envidiar a otros países donde éste termino es tan cotidiano; pues tenemos un “Chollywood”, creado por personajes realmente pintorescos que hacen mil maravillas para salir en televisión y ser mínimamente reconocidos por el “intelectual” público consumidor de programas de tv, radio, diarios, revistas, etc., que sacan el máximo provecho de ellos, ya que su vida a conciencia propia y hasta con gusto, siempre es un show.

La “farándula” es un saco sin fondo lleno de actores, cómicos, músicos, bailarinas, futbolistas, escritores, políticos y todo aquel que llame la atención escandalosamente. Se me hace inconcebible que en algunos países existan más de dos programas en un solo canal dedicados a ventilar las intimidades de la gente. Se sientan en un set ambientado como sala de casa de abuela – precisa para chismear – cinco personas, hombres y mujeres hablando durante horas sobre casos que son de verdad, irrelevantes, pero bueno es mi incauta opinión.

Mi madre, y mi hermana de 20 años son fieles seguidoras de Magaly. Confieso que he visto su programa con ellas un par de veces, pero no sé, no me llama la atención., prefiero a Beto Ortiz quien esconde lo amarillo de su espacio con notas y reportajes ligeramente interesantes, de los cuales, al menos, se puede uno informar de manera sensata y digamos, entretenida.

¿Por qué en Chiclayo no hay “farándula”?, ó ¿es que si la hay?... estuve analizando estas dos preguntas durante algunas horas, y pues, para payasos hay muchos, para tongos también, para Susy Díaz demasiadas, y puedo seguir sacando nombres de mi enciclopedia farandulezca tomo XII, pero en fin, no vienen al caso.

Repasando fugazmente a todos los ilustres personajes que he conocido a mis no tan largos 24 años, vividos siempre en Chiclayo, llego a la conclusión de que hay mucho talento, buenos artistas, músicos, pintores, escritores, y todos casi siempre son incógnitos, y por lo tanto nada escandalosos, desconocidos para todos nosotros que andamos preocupados por tulas o giselas, dejando súbitamente de lado una buena canción, una genial obra de teatro, un jueves de cine independiente, una emocionante exposición de arte o un romántico poemario.

La falta de reconocimiento a nuestros talentos hace de Chiclayo una ciudad escasamente culta en lo que a arte se refiere, y es fácil echarle la culpa al gobierno y a su siempre cuestionada educación, y el No Apoyo a los artistas. Pero, si nos ponemos a pensar antes de disparar cualquier comentario, debemos empezar por nosotros mismos a aceptar, respetar e inculcar a los chicos - que rápido crecen -, el consumo de nuestro arte como si fuese una norma de vida, nada mal nos haría.

Después de haber escrito estos párrafos, y de usted haberlos leído, quizás sigamos pensando lo mismo, o tal vez compremos un libro para calmar nuestra conciencia. Sin embargo a las nueve de la noche seguiremos sintonizando el programa de la pelirroja al que estamos obligadamente acostumbrados, mientras no se tenga un televisor propio, y así poder hacer “clic” con algo que nos interese y la vez, nos eduque.

sábado, 5 de abril de 2008

Celular, Bendito Celular

Si hablamos de males necesarios, en lo que a mi concierne uno de aquellos, es el famoso y antipático “celular” – lo de antipático es porque lo usamos siempre como despertador, y lo usan la novias y las madres, para fastidiar tus ratos de distracción- Y a donde quiera que vayamos siempre encontraremos uno, de cualquier empresa, de la forma que sea y de cualquier color.

Las ciudades de todo el Perú han sido invadidas por afiches, casetas, vayas, etcétera. Que muestran de una manera colorida una suerte de beneficios y bondades de estos pequeños aparatos, que se hacen un deleite para la vista de nosotros los transeúntes comunicativos.

Hablemos un poco de su historia: según Internet la primera comunicación inalámbrica se realizó a inicios de la segunda guerra mundial, cuando la compañía Motorola creó el “Handie Talkie H12-16” que permitía comunicarse con las tropas vía ondas de radio que no superaban más de 600 Khz. Y no es hasta 1980 donde la necesidad de grandes empresarios por estar comunicados, hace que las compañías de teléfonos creen los celulares. Los primeros gozaban de gran tamaño – ladrillos -, y tenían un precio alto. Luego al paso del tiempo y viendo la pegada de estos, y el crecimiento de una necesidad, los celulares se volvieron comunes y empezaron a salir nuevos modelos más fáciles de adquirir.

Se afirma que dentro del país aproximadamente son 16 millones de usuarios en telefonía móvil. O sea más del 50% del Perú se comunica diariamente, a cada hora, minuto y segundo por estos pequeños y modernos aparatos. Ya sea por llamadas, o timbraditas o por un SMS – mensaje de texto -, o simplemente un “misio”.

Cada vez más vistosos y de menos tamaño. Los hay para niños con dibujos animados en las carcasas, también baratos, también muy costosos, pre-pago, post-pago, rpm, nextel. Con cámaras de excelente resolución, de fotos y video, radio, Internet, bluetooth, infrarrojo y miles de herramientas que puedes tener en tus manos.

Ahora, al tema que me tiene un toque preocupado: ¿Por qué diablos se le ocurrió al MTC agregar más números a las líneas? – La respuesta leída en un periódico fue: “Hemos decidió anteponer dígitos a los números que están en uso. Esto permitirá tener una cantidad mayor de líneas disponibles para los futuros usuarios”. Aquí en Lambayeque será 97, para que mi abuela me llame será todo un logro: 97 – 9443096. “guau”. Pero están los más afectados, en total 19 regiones del país son quienes marcaran primero el 9, luego el código de la ciudad y luego el número. Ejemplifiquemos: Apurímac con código 083, y más el 9, sería como esto: 9-83-994-1815 (ja).

Ojala y con el paso de los años no sigan aumentando los dígitos, ya que terminaremos con ampollas en los dedos antes de hacer una llamada a quien no está en los contactos del móvil. Y se preocupen estas compañías por dar un mejor servicio, el cual deja mucho que desear cuando suceden los inesperados y nunca gratos movimientos telúricos, tan comunes hoy en día. Buena suerte, aparato.

lunes, 10 de marzo de 2008

La Ciudad del Curanderismo y el Eterno Sol: “Salas”




Uno de los placeres que otorga la vida y el cual disfruto mucho, es viajar. Nunca importa el lugar ni la situación en que se encuentre, lo bonito y entretenido es conocer y disfrutar de la vida en un sitio diferente y desconocido, y mejor aun si lo haces con buenos amigos.

Esta vez el punto escogido fue el distrito de Salas, perteneciente al departamento de Lambayeque, exactamente a 80 km de Chiclayo, y en cuestión a tiempo si tienes la suerte de subir a un combi, custer o bus, que vaya no tan lento pues harás entre hora y media y dos horas de viaje. Siguiendo la Panamericana norte pasando por Mochumi, Tucume, Illimo, Pacora y Jayanca hay un desvío hacia la derecha para llegar a la llamada “ciudad del curanderismo”.

Llegamos a las 10 de la mañana, y lo primero que sentimos fue el intenso calor clásico de un día después de la lluvia. La vista que nos ofrece el pueblo es un placer para los ojos, pues el verde natural que produce la tupida flora, cubre todos los cerros que encierran a este caluroso y pintoresco pueblo.

Caminamos un poco, pues “poco” con todo el sentido de la palabra ya que es un lugar pequeño y todo está a la vuelta de una esquina. Es así como encontramos el bar “El Tufo”, propiedad del señor Wenceslao Santa Cruz Valiente, más conocido por los saleños como “don Benche”, muy amable nos recibe con los brazos abiertos, como quien encuentra un amigo que no ve en años. Lo característico y agradable de los pueblos es la hospitalidad de sus habitantes, siempre dispuestos a un saludo cordial o un par de cervezas bien heladas para enjuagar la conversación.

Después de instalarnos y refrescarnos, salimos en busca de Pancho Rondón, uno de los maestros curanderos mas conocidos del lugar. De aproximadamente unos 35 o 38 años, practica el curanderismo desde los 13, don que heredó de su abuelo. “Para llegar a ser un maestro curandero maduro tienen que pasar cinco años de entrenamiento, y así empezar a ejercer el oficio de una manera profesional y conciente” comentó Rondón. Hicimos una cita para que nos haga el simulacro de una “mesada” en el bosque, felizmente y sin duda alguna aceptó, y dicha reunión quedó pactada para las 6:30 p.m.

Aprovechando el día, fuimos a sentarnos un momento a la plaza principal, no había mucha gente, exageradamente vimos a unas tres personas que pasaron por ahí, saludando como siempre. Frente al parque se encuentra la iglesia de San Francisco de Asís, patrón del pueblo, también está la antigua municipalidad donde los domingos usan el megáfono para dar los buenos días al pueblo y luego poner cumbias conocidas como queriendo despertar a todos los saleños y amigos forasteros. También hay un restaurante y dos puestos de comida al paso. No existe un plato típico, pero si tendríamos que recomendar uno, a nuestro gusto sería la carne seca con yuca y sarsa, y como no el aguadito salvador de don benche, a un sol nomás.

A unos kilómetros del pueblo existe un cerro llamado el Algarrobo Grande, donde hay una huaca incaica. Cuentan que los antiguos curanderos hacían ahí sus mesadas, por eso es que ahora se cree es un lugar encantado. Ese lugar antes llevaba como nombre “Salascape”, pero los habitantes tuvieron que bajar del cerro ya que hubo una propagación despiadada de peste bubónica. Y así abajo, entre los cerros se forma Salas hace 184 años.

Una de las fiestas principales es la del Niño Dios de Reyes, empieza el 3 y dura hasta el 8 de enero, cinco días de celebración, donde viene gente de lugares vecinos.

Nos sorprende el orden y la limpieza de todo el distrito, es un excelente lugar para pasar un fin de semana relajado, practicar la fotografía o ir de aventura por los cerros.

De vuelta en casa de los Santa Cruz, quienes gentilmente nos hospedaron, estaba esperándonos un delicioso estofado de gallina que podía abrir el apetito a cualquiera. Satisfechos nos sentamos en la vereda de “El Tufo” – bar ya antes mencionado – vimos como empezaron a llegar personajes saleños con ganas de beber y ver el fútbol. Partidos que ven gracias al ingenio de don benche quien tiene cable satelital y cobra 50 céntimos por persona, idea que ha resultado rentable. Entre fútbol y risas bohemias, se levanta “don pacheco”, quien se había presentado con nosotros minutos antes, y grita: “benche!!!, un combinado pues!!!”, al instante llega don benche a la mesa con una botella personal de plástico, llena con un liquido oscuro; nos invitan a degustar y era el famoso Yonke saleño, - bueno para la salud según dicen -, combinado con gaseosa negra, se toma en un vaso pequeño de plástico y es el brebaje más pedido y conocido del pueblo, su precio es de dos soles la botella.

Ya con la noche casi encima fuimos a nuestra cita con Pancho Rondón, guiados por el buen Giancarlo Santa Cruz. Nos internamos en el bosque, después de caminar por unos 10 minutos llegamos y encontramos a Rondón apostado sobre una manta de color blanco, casi arrodillado frente a su “mesa”, llena de piedras de todas formas, espadas y alguno que otro santo; tenía también un deposito donde había macerado tabaco con agua de florida, liquido que sería inhalado para entrar en trance, con ayuda del San Pedro. Las mesadas las hacen cuando cae la noche y duran hasta el amanecer, ya que la gente se encuentra dentro de sus viviendas y es casi imposible que absorban energía negativa que brota de la mesa, cuando se limpia a alguien o se hace algún trabajo fuerte.

Por ser un pueblo pequeño todos los pobladores se conocen, cuentan que antes cuando no había energía eléctrica todo el día, se podía reconocer a alguien solo al escuchar sus pasos.

Por donde se camine en el distrito de Salas, se encontrará siempre con gente amable y calida, historias y cuentos fantásticos, que dejan a uno esa sensación de volver pronto, Esperemos que este lindo pueblo sea visitado no solo en las fiestas, sino también en cualquier época del año, siempre habrá un verano eterno para recibir cariñosamente a los amigos que vienen de lejos.

Se acabó nuestro fin de semana en Salas y hemos vuelto relajados y contentos por ese regalo que nos entrega la naturaleza dentro del mismo Lambayeque. Mucho gusto y salud.

viernes, 7 de marzo de 2008

Bienvenido al Cuarto de Yo

Cierra la puerta al salir, porfavor.